Esta es una receta que siempre triunfa, de las de sabor a mamá. Aún recuerdo cuando mi madre me las preparaba justo cuando volvía a comer a casa después del cole y me encontraba con un plato bien lleno de albóndigas con tomate caseras. Así que hoy quiero compartir esta receta con todos vosotros.
Preparación
Sobre una tabla de cortar, partimos el jamón serrano muy fino casi como si fuera polvo. Lo incorporamos a un recipiente y añadimos la carne picada con la sal, la pimienta y la nuez moscada, los huevos, el vino blanco, el pan rallado, el perejil y el queso recién rallado.
Mezclamos todo con la ayuda de nuestras manos y formamos pequeñas pelotitas que serán nuestras albóndigas de carne.
En una sartén ponemos aceite de oliva y freímos las albóndigas de carne por ambos lados unos 8 minutos. Cuando las vayamos haciendo, las retiramos y las ponemos sobre un papel absorbente para eliminar los restos de aceite sobrante.
Para la salsa
Cortamos la cebolla muy fina, y en una olla ponemos dos cucharadas de aceite de oliva. Cuando el aceite esté caliente, incorporamos la cebolla y los dos dientes de ajo pelados para que el aceite tome sabor. Incorporamos el tomate triturado, y salpimentamos. Si vemos que el tomate está muy ácido le ponemos una cucharada de azúcar.
Removemos, bajamos el fuego, le ponemos unas hojas de albahaca y dejamos que se cueza durante unos 15 minutos más.
Una vez que tenemos la salsa lista, le añadimos las albóndigas y las dejamos cocer 10 minutos más, a fuego lento, tapadas para que tomen todo el sabor.
Si no nos gustan los grumos, podemos pasar la salsa por el pasapurés.
Las servimos bien calentitas y listas para comer.
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