¡Me encantan las patatas fritas!, y sobre todo si cuando las hacemos están crujientes, poco aceitosas y con un sabor delicioso. Así que hoy so vamos a dar el truquito para que las patatas fritas siempre te salgan perfectas, crujientes y riquísimas.
Pela las patatas, córtalas en tiras más bien finas y déjalas en remojo con agua fría durante aproximadamente 2 horas. Cuando vayas a cocinar las patatas, sácalas del agua y escúrrelas.
Prepara una bandeja de horno y pon sobre ella las patatas. Sécalas con papel absorbente.
Pon una sartén con bastante aceite de oliva a calentar y cuando el aceite esté caliente, mete las patatas en pequeñas tandas. No deben quedarse doradas, solo debemos cocinarlas durante unos 4 minutos aproximadamente.
En ese momento, sácalas y ponlas a escurrir sobre un papel de cocina absorbente.
Vuelve a calentar el aceite de oliva y una vez esté bien caliente vuelve a freir bien las patatas en varias tandas hasta que queden bien doradas y crujientes. Después vuelve a retirar el aceite sobrante con la ayuda de un papel absorbente.
Una vez las tengas bien escurridas de aceite, sálalas con una buena sal, y estarán listas para comer.
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