Entre las frutas del otoño, nos encontramos en el mercado con las dulces chirimoyas. Esta fruta tropical nos resulta riquísima al natural, aunque tal vez un poco incómoda y peligrosa para los niños, por aquello de las pepitas. Todavía no hace un frío otoñal y podemos seguir tomando helados. Seguro que con este postre los peques disfrutan mejor del sabor las propiedades de la chirimoya.
INGREDIENTES
- Un par de chirimoyas grandes (500 gr. de pulpa)
- Zumo de limón
- Opción 1
- 200 gr. de leche condensada
- 200 ml. de nata para montar
- 2 cucharadas soperas de azúcar glass
- Opción 2
- 400 ml. de leche evaporada
- 150 gr. de azúcar
Preparación
- Pelamos la chirimoya y quitamos todos los huesos, dejando sólo la pulpa limpia. Le añadimos un chorrito de zumo de limón para que no se nos ennegrezca.
- Si nos decantamos por los ingredientes de la opción 1, trituramos la pulpa con la leche condensada hasta conseguir una crema homogénea. Seguidamente, montamos la nata bien fría con el azúcar glass utilizando una batidora de varillas. Entonces, mezclamos con movimientos envolventes la nata con la crema de leche condensada y chirimoya.
- Si preferimos hacer el helado con la opción 2, debemos dejar la leche en la parte alta de la nevera durante 24 horas antes de preparar la receta. Comenzamos con el helado, batiendo la leche helada con las varillas hasta que se vuelva espesa, agregando el azúcar en forma de lluvia. Mezclamos seguidamente con la pulpa de chirimoya.
- Si no disponemos de heladera eléctrica, metemos la mezcla en el congelador y la sacamos cada hora para batirla con las varillas manualmente para romper los cristales que se puedan formar, hasta que veamos que ha adquirido la consistencia de helado.
Decora con unos cuantos pistachos.
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