Vino para acompañar la lasaña

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PRIMA DONNA Tannat 2011 by Antigua Bodega Stagnari La excelencia de una zafra reconocida con premiaciones internacionales Nombre Comercial: PRIMA DONNA Variedad: Tannat Cosecha: 2011 Alc. Vol.: 14,5 % Enólogas: Laura Casella / Mariana Meneguzzi Productor: Antigua Bodega Stagnari, Santos Lugares, La Paz, Canelones – Uruguay Para un vino ser merecedor de dos importantes premiaciones a nivel internacional con diferencia de pocas semanas no es poca cosa, es un buen síntoma de que el contenido embotellado con nombre y apellido de un productor merece especial atención. Ese es el caso de este vino que hoy es motivo de nuestra recomendación, y no solo por haber “cosechado” dos Medallas de Plata (una en Vinalies y otra en Bacchus) sino porque al degustarlo se puede llegar rápidamente a la conclusión de que estamos frente a un gran vino, de esos que ya jóvenes prometen, y que el paso del tiempo les depara una expresión aún superior. Degustar el PRIMA DONNA Tannat 2011 es recordar lo bondadosa que fue la naturaleza con la vendimia de ese año; y es también ver el buen trabajo que las enólogas responsables por esta etiqueta supieron hacer aprovechando ese “regalo” que la zafra 2011 les proporcionó. Fruto de esa cuidada selección de materia prima, con uvas cultivadas en su punto optimo de madurez en los viñedos de la familia Stagnari localizados próximos a las riberas del Río Santa Lucia es que se obtiene este caldo de color rojo violáceo muy intenso con destellos de juventud. En la nariz es un vino que desde el vamos ya se muestra aromático, expresivo, y con un seductor perfume de frutos rojos bien maduros mezclados con aromas de mermelada, especias y futas en confitura. Al agitar el contenido en la copa se perciben los tonos levemente tostados, de chocolate, algo de tabaco y los especiados del roble francés que le dio cabida durante los 8 meses de crianza, agregando complejidad y resultando en una nariz muy elegante. Al probarlo en boca es un vino que llena el paladar con ataque dulce, taninos muy bien resueltos (redondos y aterciopelados) carnoso y sin llegar a empalagar, mostrando la potencia del Tannat, pero a su vez la elegancia de un caldo bien trabajado. Su largo final se impone con una acidez media y una profundidad tal que pide a gritos algo de comida, preferentemente bien condimentada y de sabores intensos. Muy bueno si es “casado” con una cazuela de cordero al chocolate y cous cous de banana. Servir a 16 – 17 grados en copas grandes, e inclusive decantándolo (aunque no es imprescindible) en los minutos previos a su servicio.